Más calidad y valor nutricional en tomate cherry con Ultrasol®ine K Plus

La aplicación de Ultrasol®ine K Plus dio como resultado racimos más uniformes, un mejor peso de los frutos, un mayor nivel de antioxidantes y más calcio en los frutos de los tomates cherry en una estación de investigación

El yodo (I) debe ser considerado como un nutriente vegetal. Esta es la principal conclusión de Kiferle et al., 2021. En ese trabajo se publicó la presencia y la identidad de proteínas yodadas naturales en plantas superiores, lo cual nunca se había descrito antes.  Se han identificado 82 proteínas yodadas que participan en importantes procesos biológicos en las plantas superiores. Al igual que la deficiencia de cualquier otro nutriente de las plantas, la deficiencia de yodo puede provocar pérdidas de rendimiento.

En los cultivos hortícolas fertirrigados y protegidos, cultivados en un entorno de producción comercial, la deficiencia de yodo puede producirse cuando la presencia de yodo en la solución nutritiva está por debajo de un valor objetivo de suficiencia. En los sistemas de cultivo intensivo y fertirrigado bajo cubierta, la solución nutritiva y el agua de riego son las principales fuentes de yodo. Esta deficiencia se manifestará en forma de un desarrollo subóptimo de las raíces o de las hojas, una floración más tardía, un menor crecimiento de los frutos y una menor resistencia al estrés, lo que se traduce en un menor rendimiento en comparación con un cultivo al que se le ha suministrado suficiente yodo en la solución nutritiva.

En una estación de investigación de Almería, España, se cultivaron tomates cherry de la variedad "Genio" en un suelo arenoso, siguiendo la práctica comercial local. La estación de investigación supervisó la aplicación de los fertilizantes, el registro de los datos del cultivo y el muestreo del agua y los tejidos vegetales.

En un sector (300 m²) se comparó un grado de fertirrigación de nitrato de potasio sin yodo (control) con el otro sector (300 m²) en el que se aplicó Ultrasol®ine K Plus (nitrato de potasio que contiene una cantidad fija de yodo) como fuente de K y N - y de yodo - en la solución nutritiva. Ambas fuentes de nitrato de potasio se aplicaron en la misma dosis y en el mismo momento en una solución nutritiva que seguía las recomendaciones locales (Tabla 1). Se aplicó Ultrasol®ine K Plus durante toda la temporada de cultivo (agosto-febrero), a partir del trasplante.

Antes del ensayo, se tomaron muestras del agua de riego y se midió la concentración de yodo en estas muestras. La concentración de yodo tanto en el agua de riego como en la fracción soluble del suelo (extracto de agua 1:2), era inferior a μmol L^-1.  La cantidad de yodo en Ultrasol®ine K Plus tenía como objetivo corregir la concentración de yodo entre 1 y 10 μmol L^-1 en la zona radicular. Para cada sector se registró el peso del fruto en 5 ocasiones durante el cultivo. Además, para ver el efecto del yodo en la calidad del fruto, se determinó la concentración en los frutos de compuestos fenólicos y vitamina C en una fecha de muestreo, y se midió la concentración de calcio en los frutos en muestras tomadas en 5 fechas diferentes. En estas mismas fechas se determinó también la concentración de yodo en la primera hoja completamente desarrollada de las plantas a las que se tomaron muestras de los frutos.

La aplicación de Ultrasol®ine K Plus produjo un aumento de cinco veces del yodo en las hojas de las plantas de tomate. En el sector donde se aplicó Ultrasol®ine K Plus el peso de los frutos fue mayor, y estos frutos contenían más antioxidantes y calcio, en comparación con el sector de control (Tabla 2).

La concentración de calcio en los frutos fue especialmente elevada en los meses de diciembre-febrero (Figura 1). En diciembre se observó que la calidad de los racimos de frutos (tomate cherry en rama) estaba deteriorada en el control no tratado (con deficiencia de yodo), en comparación con el sector Ultrasol®ine K Plus. La menor calidad de los frutos en el sector de control se relacionó con el clima nublado durante el desarrollo del fruto en el período anterior a la observación (Figura 2). En cambio, en el sector de Ultrasol®ine K Plus se observó una buena calidad de frutos y racimos en ese mismo período. La respuesta positiva en la calidad de los frutos a la aplicación de Ultrasol®ine K Plus, puede interpretarse como una corrección de un nivel subóptimo de yodo en el agua de riego. Con un nivel suficiente de este micronutriente en la zona radicular, las plantas pueden yodar las proteínas en las raíces y las hojas. Estas proteínas tienen funciones importantes en los procesos biológicos que intervienen en el crecimiento, la señalización del estrés y la producción de antioxidantes de las raíces y las hojas. Esto permite a la planta mantener niveles óptimos de fotosíntesis y metabolismo de los azúcares, incluso ante el estrés ambiental.

Tabla 1. Macronutrientes suministrados con fertilizantes en la solución nutritiva aplicada en cada riego.

^*El agua de riego contenía los siguientes elementos (en mmol L^-1) Ca 2,7;  Mg 2,8;  SO₄ 0,5;  Na 6,1;  Cl 12,8

Tabla 2. Medias de los tratamientos ± desviación estándar del peso del fruto y de los antioxidantes en los frutos de los tomates cherry cosechados, en los sectores donde se comparó la aplicación de nitrato de potasio sin yodo en el control (Control) con la aplicación de nitrato de potasio con yodo (Ultrasol®ine K Plus). La concentración media de calcio en el fruto se basa en el promedio de 5 análisis mensuales* estadísticamente significativos LSD, p<0,05.

Figura 1. Concentración de calcio en frutos de tomate cherry cosechados en sectores con nitrato de potasio sin yodo (Control) o con Ultrasol®ine K Plus en la solución nutritiva en cada momento de la muestra.

Figura 2. Se observó una diferencia pronunciada en la calidad de los racimos, tras un período de oscuridad y clima frío, con racimos más uniformes y de mejor color en el sector de Ultrasol®ine K Plus, en comparación con el control.

La publicación original está disponible en: https://doi.org/10.17660/ActaHortic.2021.1321.27